... En este caso los arquitectos para conservar el carácter de patrimonio protegido, optaron por manejar la fachada revestida de cobre, de modo que las hojas de este material, con el tiempo tomen su color de oxidación, y se tornen de color verde complemento que observamos en muchos edificios históricos. El estudio de arquitectos Schulte-ladbeck, con sede en Dortmund, Alemania es conocida por el diseño de salas de conciertos y por sus originales soluciones. El ganar el concurso entre un grupo importante de arquitectos de renombre internacional para la sala de conciertos del Castillo Grafenegg, pone a la vanguardia una vez más a Las extensas obras de construcción iniciaron en 2005 y finalizaron en 2008, Schloss Grafenegg se ha convertido en un lugar cultural de renombre internacional. El diseño proporciono la construcción de un edificio aislado pero a la vez conectado al conjunto por medio de “la vieja escuela de equitación”, con una serie de grupos de presión o cruces de cristal. El nuevo edificio con una capacidad para un auditorio de 1270 personas, establece parámetros acústicos convincentes. Palabras clave para el concepto de diseño, que se basa en una fuga musical, se forma el número, la dimensión, la proporción, el material y color. Este último encontró su expresión más significativa en el diseño de la fachada revestida con hojas de cobre Tecu ® Classic. A través de la oxidación del cobre ha desarrollado su capa protectora natural. Dependiendo cómo caiga la luz, la fachada se presenta en muchos colores vivos y los cambios en la superficie seguirán por muchos años, hasta que la simbiosis con el entorno histórico se complete cuando en todas las láminas se desarrolle la pátina verde que es típica del cobre. El volumen de la construcción ha sido elaborado con la consideración de los límites y las alturas de los edificios circundantes, mientras que la estructura básica se formó a partir de la composición de la sala adjunta y su entorno funcional y de la conexión de las zonas. El punto de vista visual, las relaciones en el parque y el castillo, fueron siempre tenidas en cuenta, el contenido se comunica perfectamente con su entorno. Las dimensiones interiores proporcionan: Altura del techo de la sala de 15,5, Longitud de la sala: 39 a 43 Anchura de la sala: 18.4m Para la obtención de la acústica y la elaboración del diseño interior los arquitectos Schulte-ladbeck, recurrieron a la colaboración de Dortmund (D) BBM Müller, Munich (D). Las salas se concluyeron con la tradicional forma rectangular, cerradas herméticamente, con aire acondicionado y distribución de sonido directo. Puestos para el público: 1.270 (completo uso de la sala) 500 (sala de música de cámara, la "vieja escuela de equitación") Para realizar los nuevos proyectos en el entorno del Castillo Grafenegg; Los arquitectos tuvieron que encontrar el tema de la realización, como la transformación de la inmaterialidad de la música y la acústica en el material contenido y en la aplicación de las leyes de fuga en la forma arquitectónica. Las nuevas edificaciones existentes en el Castillo están colocadas especialmente para cubrir las altas exigencias en términos de integración de una nueva concepción dentro de un conjunto histórico. El espacio alberga cada año el Festival de música de verano, que se lleva a cabo en el auditorio y en el pabellón al aire libre, es considerado como el punto culminante del programa anual de eventos culturales de Grafenegg. Además de los eventos culturales, otro de los atractivos de este lugar es el parque y, por supuesto, su arquitectura de paisaje. En este espacio, hay diversos atractivos para la vista, uno de ellos es el árbol gigante más antiguo de Austria, sembrado en 1648 para conmemorar la paz de Westfalia. La propuesta de eventos pretende ser variada, y sobretodo que atraiga tanto a un público joven e informal como a la más alta sociedad vienesa. Para ello nos encontramos desde John Eliot Gardiner haciendo Bach hasta estrenos del compositor residente del “Festival Grafenegg”, pasando por músicas tradicionales japonesas. Tampoco los niños pueden quedar fuera, y cada año cuando se organiza el “Festival Grafenegg” se cuenta hasta con un programa pedagógico propio. Por sus características formales y funcionales, estos espacios, son sin duda, una interesante fusión de dos nociones arquitectónicas aparentemente antitéticas. Sin embargo se siente la estabilidad, al lograr esta compenetración en los tan diferentes estilos.
Publicado por:
Arq. Emilio R. Covelo.